ArtRage Gallery se complace en anunciar que nuestra exposición actual, “Esperando a la normalidad: Cuba y los Estados Unidos” ya está disponible en español, tanto en la galería como en línea con nuestra exposición virtual.

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Hay una atracción que la gente siente por Cuba después de visitar incluso una vez. Se trata sobre todo de la gente, su calidez y amabilidad, su arte, música y cultura. He sido testigo de la gran esperanza que el pueblo cubano siente acerca de ciertos cambios en la política de los Estados Unidos. Y he sido testigo del actual retroceso de dicha política. Nadie sabe aún a dónde irá ni cómo afectará al pueblo cubano. El cambio está llegando, incluso si en un rastreo, por diseño, sospecho, que del gobierno cubano.

Fui por primera vez a Cuba en 1999 con los Maine Photo Workshops,Talleres Fotográficos de Maine, el primer grupo externo autorizado para realizar talleres allí. Mi proyecto, una historia fotográfica sobre Chinatown, La Habana, fue publicada en Photo District News. Con ese viaje, estaba enganchado —sabía que había muchas historias sobre Cuba que contar. Busqué y me expiden una licencia de fotoperiodista del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos.

En más de veinte viajes desde entonces, he trabajado en muchos proyectos documentales cubanos. En mis primeras excursiones, me hice amigo de algunos fotógrafos cubanos y me presentaron a un Babalawo, un sumo sacerdote de la religión Santería. El y yo también nos hicimos amigos, y trabajamos en un proyecto destinado a dar al mundo una visión clara de su religión. Con este fin, y tres años más tarde, produje un libro de fotografía y un cortometraje que ganaría premios en los EE. UU. y China. En 2007, fotografié una historia sobre el “Wemilere Festival of African Roots” en Guanabacoa, un festival anual de mayo que celebra la conexión afrocubana, especialmente en danza y música. Fue después de este viaje que comencé a pensar en el embargo y cómo estaba afectando al pueblo cubano.

En 2010 volví para comenzar a rodar “Curtain of Water”, mi documental sobre el embargo. Al principio, sólo entrevisté a personas en Cuba sobre cómo la política afectaba sus vidas. Cuando regresé a los EE.UU. y proyectaba el cortometraje, la gente quería saber más. Querían oír ambos lados. Trabajé durante tres años para expandir este proyecto en un largometraje que mostraba los argumentos a favor y en contra del embargo.

—Joe Guerriero